21 dic 2009

Patricia Alejandra Gutierrez y Soledad Larrea PARTERAS NO PARTERAS .

Hola comunidad de futuros padres, actuales, hermanos, tios...Ahora les voy a contar como fue mi parto, y el motivo de que lo haga público es que nos "asistieron" unas "parteras" que no son parteras licenciadas, no son profesionales, y como consecuencia de su negligencia, y por supuesto de nuestra responsabilidad por las deciones tomadas, mi hijo estuvo internado tres semanas separado de mí desde la noche de su nacimiento.


Quiero que sepan qué nos pasó a nosotros para que quien quiera recibir a su hijo de esta manera escuche una historia no perfecta y tal vez lo ayude a pensar, organizar, mejor algunas cosas.

Nosotros elegimos tener un parto domiciliario para evitar la medicalización e intervención rutinaria que hacen en clinicas y hospitales, además de el tratamiento despersonalizado y el ambiente frio en un momento tan importante como es un nacimiento. No queriamos goteo, episotomia, peridural ni que aspiren al bebe y lo vacunen apenas nace porque sabemos que el cuerpo esta preparado para el nacimiento sin necesidad de intervención durante el proceso, lo mismo que la eliminación de los liquidos y mecoño que el bebe hace naturalmente. No queriamos sondas, no queriamos ser separados, sino estar en comunion desde el primer momento. A menos, por supuesto, que algo vaya mal y el traslado a una institucion sea inevitable. Aclaro que hoy reeligiría tener el parto domiciliario, pero con un equipo completo, con obstetra, partera, neonatologo y la ambulancia en la puerta.

Las "Parteras" son Patricia Alejandra Gutierrez y Soledad Larrea , o "Patri y Sole",y dan los talleres en puente saavedra. Llegamos a ellas por recomendación de muchos amigos que habían tenido naciemientos excitosos, pero claro, no habían tenido ninguna complicación. Lo cierto es que nosotros no buscamos otras opciones porque estabamos muy desconectados, confundidos, y a pesar de no convencernos ciertas respuestas de nuestras dudas durantes los talleres, como por ejemplo "de madre sana, nace un hijo sano", no enfrentamos nuestros reales temores ni nos ocupamos de averiguar otras posibilidades. Yo sentía que si ponía en duda ciertas respuestas, se pondría en duda mi coraje, mi capacidad de mujer para parir de esa manera, me sentía juzgada y no pude ser honesta conmigo y con ellas... atribuí mis dudas al miedo, no escuché mi instinto. Ese últimos mes y sobre todo la semana del parto, y el mismo día que iba a parir, tuve varias pesadillas y me sentía angustiada. Yo no confiaba en ellas, en su contención, y no me escuche!!! No tuve el valor de cambiar el rumbo.

El 19 de junio a las cinco de la mañana me levanté con contracciones y fui al baño toda la mañana, sabía que iba a parir. Esa misma mañana también me sentí engripada, pero así y todo mi pareja (Ezequiel) y yo decidimos que él iría a trabajar. Caminé a lo de mi prima, me sentía angustiada, hablé por telefono con mis tias... estuve a punto de ir a hacerme una ecografia de urgencia, pero decidí no hacerlo por miedo a que me quieran internar en ese mismo instante...en el fondo sabía que el problema no era algo en mi hijo, sino que yo me sentía muy sola con todo y no estaba preparada con el acompañamiento necesario...pero el momento ya estaba ahí. A eso de las cuatro de la tarde sentí que me subía la fiebre, compré un termómetro, volví a mi casa. Tenía 39 de fiebre. Una amiga vino, compró paracetamol, esperamos a que llegue Ezequiel e hicieron arreglos de último momento (hacía una semana que nos habíamos mudado y aún había cosas en obra). Las llamé por telefono diciendoles que ya tenia contracciones más fuertes... me dijieron que espere, logicamente.

6.30 rompí bolsa. Las llamé para que vengan, simplemente porque su función era estar desde el principio del parto para cerciorarse de que todo iba bien. Para eso las habíamos contratado, pero efectivamente ellas cobran 2.500 pesos por un parto, y aseguran que si algo va mal se ven los sintomas durante el trabajo de parto. En el mío no reconocieron ninguno y no supieron que hacer. Cuando llegaron Patricia se burlaba de mí con un tono soberbio, me decía "keca": " que cagaso". Se quedaron todo el tiempo en la habitación de al lado, yo tuve contracciones muy seguidas y desde que rompí bolsa me puse a parir. Paralelo a esto estaba con chuchos de frio por la fiebre, factor al que no le dieron importancia. Llegando al final le pedí a soledad que venga a hacerme compania, y que mire la mucosa porque me parecía ver unas manchitas de caca (mecoño) que no eran de la que yo estuve expulsando durante el trabajo de parto. Pero acordaron que era mi caca, no mecoño, y seguimos adelante. Seis horas y media y mi hijo nació. Pero cuando salió no lloró. Algo que no es poco común, y que cortando con oxigéno, cortando el cordón, frotando el cuerpito o un buen cachetazo en el culito se resuelve. Pero ete aquí que entraron instantaneamente en pánico. Soledad dijo: "Vamos", y Patricia grito: "No, como vamos a sacar a esta chica así" y agarró a mi hijo con desesperación y empezó a a sacudirlo y a meterle los dedos en la boca, y le pedía una pajita a mi marido que no tenía, y le gritaba "como no tenés una pajita!!!". Ezequiel llamó al 911 y pidió una ambulancia, y llegó la policía, pero la ambulancia nunca llegó... mientras tanto él salió a la calle a esperarlos, pensando que nuestro hijo estaba muerto y que yo me había vuelto loca, porque lo miré a los ojos en un momento y le dije "quedate tranquilo, él esta bien". Patricia le gritaba "No somos parteras, decile que somos amigas!!"

Yo estaba con él en mi pecho y una tranquilidad de otro mundo, aún no sé cómo pude mantener la calma... y en otro canal de mi cerebro aparecían pensamientos que no lograba manifestar ni accionar como "¿por qué no cortan el cordón?, Patricia esta desequilibrada, tenemos que salir ya, etc..." media hora mas tarde, salí caminando desnuda en pleno invierno, con la placenta adentro, el cordón a lo largo de la panza, y mi hijo recién nacido en mis brazos por el pasillo de mi ph que mide 30 metros. Nos subimos al auto y llegamos al ramos mejía que era lo más cercano. Yo podía ir al otamendi de la obra social, que ese era el plan B, el plan que teníamos supuestamente tiempo de usar.

En el hospital me trataron brutalmente, me hicieron un raspaje, me pusieron sueros, estuve toda la noche en una habitación con miles de mujeres y bebes llorando, lejos de mí bebito, y entonces tuve miedo. Tuve tiempo de pensar, 40 minutos minimo habían pasado hasta que le cortaron el cordon y le dieron oxigeno!! Podría quedar postrado en una cama para siempre, y me preparaba para todo, hablando con él y con Dios, conectandome con la imagen de su cara, dandole fuerza... sin poder recibir visitas, no me dejaban ir a verlo, y recién al día siguiente a las once de la mañana lo ví. Lloraba en estallidos y cuando lo tocaba se dormía, y volvía a llorar en shock, con un halo de oxigeno, suelto en una camilla sintiendo una eterna caída. Tuvo convulsiones. Esa noche nos trasladaron a la clinica donde tuvo dos episodios más. Nunca pude dormir, nunca hice reposo posparto, y no pude tener a mi hijo en brazos hasta su tercer día. Internado le hicieron todo lo que quisimos evitar por 10, incluyendo una punción lumbar por una via (puesta "por si acaso" que se le infectó. Luché tres semanas para que me avisaran cuando le hacían algo, para que me dejen darle el pecho, hablaban diez medicos y enfermeras diferentes y nadie nos decía nada... Mi hijo no tuvo nada más que una depresión dentro de lo normal al nacer, que cualquier partera soluciona al instante... qué les pasó, no sé.

Cuando llamamos por telefono a Patricia para decirle que debían repensar sus metodos porque había cometido una negligencia terrible, ella dijo que no era medico, que su unico error fue no darse cuenta de que no estaba preparada para parir así, etc. No se hizo cargo de su responsabilidad y además argumentó lo mismo que ella juzga de la medicina alópata: mi incapacidad de parir . y ¿así siguen trabajando hoy? ojalá no.



Mi pareja y yo hemos decidido no tomar más medida que esta: alertarlos a ustedes y orar para que cambien sus metodos. Recién ahora estamos recuperados del shock, sin embargo cada vez que veo un bebé recién nacido se me encoge el corazón porque recuerdo que no pude cargarlo a imanol, y casi no me acuerdo cómo era. Igual aprendimos mucho de nosotros mismos con esta experiencia, somos mas grandes, mas fuertes y con suerte un poco mas sabios.

Les mando un abrazo a todos, que sus familias esten llenas de amor y confianza.

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